Los seres humanos tenemos cientos de chakras o centros energéticos que nos ayudan a mantener en correcto funcionamiento nuestro cuerpo. Cada chakra está asociado con un grupo de órganos y glándulas, además de controlar nuestro sistema emocional y mental.
Cuando un chakra está equilibrado, la energía fluye sin obstáculos, permitiendo que la persona experimente bienestar físico, mental y emocional.
Por el contrario, si un chakra se bloquea o desequilibra, el flujo de energía se interrumpe, lo que puede manifestarse como problemas de salud y también como desequilibrios emocionales.